lunes, 16 de febrero de 2015

UN SONETO CORTO de MANUEL VALDERRAMA DONAIRE


Yo le ofrecí mi amor en un soneto
y ella me lo aceptó con condiciones.
“¡Que sea corto!”, exigió sin más razones
que faltar a la métrica al respeto.

La miré, no sin agrias intenciones,
y me encontré de repente en un aprieto.
Tantas curvas perfectas son un reto,
inspiración de versos y canciones.

¿No basta por sí sola la hermosura,
que deja a los poetas sin aliento?
¿Necesita una musa la cultura?

Ser tonta no ha de ser impedimento.
Dedico mi soneto a su dulzura,
a la belleza pura, sin talento.

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