lunes, 9 de febrero de 2015

TRANSPARENTE de ROSARIO TRONCOSO

Editora, docente, articulista, mujer con clara vocación de dinamización cultural, Rosario Troncoso es sobre todo poeta, como demuestra con este Transparente, lleno de poemas cortos como latigazos, retratos en claroscuro en los que la intimidad toma forma de espacio poético. Su sexto poemario está dividido en dos partes. Derribos controlados, la primera, es un retrato intimista con el amor, el desamor y su naturaleza caduca, quizá de ambos, como eje central. Ya no son infalibles las rutas conocidas, la segunda parte, está más apegada a la realidad social. En ella, la poeta se convierte en testigo de un tiempo en el que la desorientación y, de nuevo, la provisionalidad se vuelven protagonistas.
La libertad métrica es el soporte perfecto para un lenguaje sencillo sólo en apariencia, que encierra una trampa de sensaciones para el lector. El paso del tiempo, el amor, la inmediatez de lo cotidiano, la caducidad inevitable, la eterna mudanza del yo y de su propio entorno son algunos de los temas a los que nos enfrentamos en este retrato que se aleja de la pose, que destila sinceridad en cada verso. Rosario nos avisa: “No es natural desaprender a vivir”, pero los nombres son fugaces. Su yo poético no puede ser otro, aunque quisiera ser “una chica…con silencios domesticados”.
La vida no acaba en nosotros, o tal vez, para ser más precisos, acaba también en nosotros. “Todos los que ocurrieron/ ahora son fantasmas”. “Cuando empiezan a morir los amigos” “enferma encontrar restos de verano”. La escritora es testigo de una sociedad que se reinventa casi a diario olvidándose de las personas. “No cesa el desconcierto”, Rosario nos avisa, se nos desordenan las ciudades, crece el caos al ritmo que marcan esos otros, los “portadores de nada, guardianes” de sus “pantanos privados”. El resto, aquellos para los que  “la mediocridad es lo inevitable”, habitamos una realidad en la que “nadie nos enseñó a ser libres”. Solo nos queda un reducto de solidez, “la certeza de que todo se acaba”. “El mundo nos retiene en sus afueras”, por eso tal vez sea verdad que “el olvido es siempre un bien imperfecto”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario