lunes, 17 de febrero de 2014

NIÑOS EN EL TIEMPO de RICARDO MENÉNDEZ SALMÓN

Niños en el tiempo es un tríptico en forma de novela. En el primer cuadro, La herida, nos enfrentamos a la imposibilidad de superar la pérdida de un hijo. Ese es el motivo por el que se derrumba el matrimonio formado por Antares y Elena; por la incapacidad para seguir adelante en un mundo empeñado en no pararse. Antares, por deformación profesional de escritor, busca las respuestas en las palabras, pero para Elena las palabras son un obstáculo y en lugar de buscar refugio, busca una vía de escape en la locura, pero desatar la rabia no mitiga su dolor y renuncia a la normalidad. Antares, en cambio, intenta conquistar un simulacro de vida volviendo a la creación literaria.

El segundo cuadro, La cicatriz, es el fruto de ese intento desesperado de Antares, un relato sobre la infancia oculta de Jesús, convertido en un niño cualquiera, despojándolo de símbolos colosales. “La literatura reclama el privilegio de la imaginación”. 

El tercer cuadro de este tríptico es La piel. A través de la huída de una joven a una pequeña isla, buscando la soledad, recurriendo al autoexilio para tomar una decisión vital, asistimos al milagro de la literatura como forma de asimilar el dolor y recuperarnos a nosotros mismos.

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