viernes, 22 de febrero de 2013

EL SUEÑO DEL OTRO de JUAN JACINTO MUÑOZ RENGEL


Xavier Arteaga, un profesor de instituto divorciado y con su padre moribundo ingresado en un hospital, es un hombre doblegado por la realidad, que cuando duerme sueña la vida de André Bodoc, presentador de informativos en un canal de televisión, que inventa una noticia para poner a prueba la realidad, para doblegarla. Cuando duerme, André sueña con la vida de Xavier Arteaga, un profesor de instituto…

Al mismo tiempo, en ambas realidades (en ambos sueños) nos encontramos con la crisis económica y los suicidios como telón de fondo, como un rumor que se va haciendo ensordecedor, en un mundo (en dos mundos) que se desmorona, aparentemente abocado a desaparecer, a cambiar. “Una vida sin rieles. Una vida precipitándose al vacío”.

Con este inquietante juego de espejos, Juan Jacinto Muñoz Rengel construye esta novela, que es una reflexión sobre la naturaleza de la realidad, sobre la vida como paradoja. La vida es sueño y los sueños, a veces, se transforman en pesadillas.

domingo, 17 de febrero de 2013

INTEMPERIE de JESÚS CARRASCO


Como la del ciprés, la sombra de Delibes es alargada en esta novela rural con aire de western con la que Jesús Carrasco realiza su celebrado debut literario. Una novela árida, dominada por un paisaje desolado por culpa de la sequía, en la que la violencia se agazapa como un animal salvaje presta a sorprender al lector en cada recodo.
El relato arranca con un niño que se esconde en un agujero en la tierra como punto de partida de su huida de casa, escapando de un horror que no sabe verbalizar. Sus pasos se unen a los de un viejo cabrero, que representa la sabiduría arcana, la de aquel que conoce y delimita la frontera entre el bien y el mal.
Intemperie es un viaje épico por un paisaje seco, desolado, con unos personajes que, ante la imposibilidad de redención, buscan su salvación.

jueves, 14 de febrero de 2013

UN SOLO TANGO de MANUEL VALDERRAMA DONAIRE




Tras ocho años de desapasionado noviazgo, Julia y Miguel se casaron arrastrados por la costumbre. Diez años más de matrimonio les permitió elaborar una cuidada rutina de Nochebuenas en familia y tardes de domingo en zapatillas a la que se fueron sumando las pequeñas Julia y Mónica.
Virginia y Andrés se casaron apenas tres años después de conocerse, y cimentaron su vida en pareja en sucesivos desencuentros y silencios rotos por automatismos lingüísticos, que se hicieron más patentes con la llegada de Alfonso, el fruto de su desamor compartido.
Duró al menos dos años el pequeño juego de Virginia y Miguel, una coreografía de saludos encontrados y miradas amables, de premeditados encuentros casuales al comprar el pan, en apacibles paseos vespertinos, o al tropezar sus miradas viajando en autobús. Al principio, se preguntaban cortésmente por la salud de los hijos, para interesarse, poco después, por las lecturas de Virginia (a las que Miguel se aficionó por compartir la huida), o la música que escuchaba Miguel (que acabó convirtiéndose en la banda sonora de las mañanas de Virginia).
En una ocasión, se atrevieron a entrar en un cine en el que vieron una película cualquiera, cogidos de la mano, ocultos en la oscuridad de la sala. Otra vez, Virginia se paró delante de una academia de bailes de salón en la que ofrecían gratis la primera clase de tango. Miguel entró tras ella, en un impulso furtivo por compartir una porción de tiempo.
Mientras las otras parejas se esforzaban en aprender los pasos, Virginia y Miguel se amaban a ritmo de tango, disfrutando del roce de sus cuerpos trémulos bajo la ropa, saboreando el aroma de la piel deseada envolviendo la propia, sintiendo el aliento enamorado que ambos exhalaban. Al rozar sus labios, Virginia se apartó, guardando una lágrima en el cofre de marfil de sus manos, y susurró al oído de Miguel un no puede ser acompasado al dramático vértigo del tango. Él solo alcanzó a perseguirla para verla alejarse con un torbellino desarmado de bandoneón.
Años más tarde, Miguel sigue comprando discos de Gardel y Piazzola, que escucha en casa dejando que las lágrimas se enfríen recorriendo su rostro, ante la mirada atónita de sus hijas y el silencio evasivo de su esposa, mientras evoca el tacto prohibido que una vez tuvo al alcance de las manos.
Virginia, sin embargo, evita los tangos, sabedora de que cuando tropieza con uno en la radio o en la distancia se ve condenada a la melancolía, al tiempo que aspira el aroma del cuerpo que siente suyo pese a la ausencia y se condena a la añoranza de lo que nunca tuvo.

A Viki, con la que no pude bailar un tango,
 pero comparto a Cole Porter.

sábado, 9 de febrero de 2013

GRANDES PECHOS AMPLIAS CADERAS de MO YAN


Considerada por muchos la obra cumbre del Nobel de Literatura chino, esta novela hace un recorrido por la turbulenta historia de China a lo largo del siglo XX, presentándonos un país que oprime a sus ciudadanos con un sistema feudal, sigue aplastándolos con los subsiguientes conflictos bélicos, invasiones, levantamientos y revoluciones, y culmina con la opresión de la Revolución Cultural de Mao. En medio de este ambiente totalitario y machista, Mo Yan hace un hermoso homenaje al mundo femenino a través de la figura épica de la Madre, representada en Shangguan Lu, una mujer cuyos pies fueron vendados en la infancia al estilo tradicional, que es obligada a casarse con un hombre estéril que la maltrata, y que finalmente dedica su vida a sacar adelante a su prole, compuesta por ocho hijas y un único hijo varón, Jintong, el narrador del relato, y al mismo tiempo el contrapunto al heroísmo femenino, por tratarse de un hijo mimado que no es capaz de abandonar la lactancia hasta bien entrada la adolescencia, un ser inútil que representa al mundo masculino opresor e incapaz que se alimenta de las mujeres que lo aman.

lunes, 4 de febrero de 2013

LA VIDA A VECES de CARLOS DEL AMOR


Conjunto de relatos cortos que arranca Sin ideas, con el miedo del autor a la página en blanco, la misma con la que termina como invitación al lector para que adjunte su relato. Porque es éste un libro que cuenta historias pequeñas, como el amor cotidiano de una pareja de ancianos con el que no puede ni la muerte, o la del trastero en el que se guarda una infancia. Historias de reencuentros en aeropuertos o de domingos de cine en un pueblo pequeño. La de la chica que se enfunda el disfraz de Curro en la Expo 92, la del niño funambulista que vive como un estilita encima del alambre, huyendo de la tierra que roba la salud a su padre minero. O la del hombre que recibe una carta de amor con 53 años de retraso…
Porque la vida a veces se teje de casualidades, de encuentros o desencuentros fortuitos, a golpes de azar en el corazón mismo de lo cotidiano.