lunes, 7 de octubre de 2013

EL BARÓN RAMPANTE de ITALO CALVINO


Segunda de las fábulas de apariencia fantástica (pero distintos niveles de lectura) Nuestros antepasados de Italo Calvino que junto con El vizconde demediado y El caballero inexistente componen su ciclo. El barón rampante, tanto por ser de mayor extensión como por el retrato de la evolución del personaje, es la que podemos considerar más novelesca de todas. Cósimo Piovanco de Rondó decide a los doce años encaramarse a los árboles y no bajar nunca de ellos tras rebelarse contra la tiranía familiar. De este modo hace que su existencia sea singular, y su visión del mundo, al guardar distancia, única. Desde su refugio arbóreo es testigo excepcional del convulso siglo XVIII.

El narrador, su hermano Biagio, es la antítesis de Cósimo, un hombre apegado a la tierra, que se pliega a las convenciones y a las instituciones (familia, Estado, ley, religión, educación) creadas por la sociedad y que oprimen la individualidad. Cósimo es el máximo representante de las ideas de Rousseau sobre la libertad en la Naturaleza y las excelencias del instinto.

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