domingo, 5 de mayo de 2013

LA VIDA DEL BUSCÓN de FRANCISCO DE QUEVEDO


Bajo la apariencia de ser una novela picaresca más escrita para hacer reír, tan del gusto de la época, Quevedo da una vuelta de tuerca al género añadiendo al uso de la sátira y del humor una sutil crítica social que emana de la falta de intención moralizadora (de obligado cumplimiento por mor de la Santa Inquisición). En El Buscón, el pícaro Pablos, hijo de un barbero ladrón y una bruja, cuenta sus intentos infructuosos por borrar las huellas de su origen. El relato está plagado de bromas, engaños y timos, que en muchos casos (y ahí reside la novedad) quedan sin castigo, excepto aquellas tramas en las que los personajes se hacen pasar por personas de un estrato social superior. Y es que el tema principal, aunque de forma velada, de esta novela no es otro que poner de manifiesto la imposibilidad de ascender en la escala social.

En el aspecto formal destaca el uso de la hipérbole como elemento humorístico y la inigualable facilidad con la que Quevedo utiliza el lenguaje para la sátira social y la caricatura literaria, en un estilo que podríamos denominar como “realismo hiperbólico”. Divertidísima.

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